lunes, 2 de febrero de 2009


Nos duele tanto separarnos porque nuestras almas están unidas. Es probable que siempre lo hayan estado y que siempre lo estén. Quizás hayamos vivido mil vidas antes que esta y nos hayamos encontrado en cada una de ellas. Y hasta es posible que en cada ocasión nos hayamos separado por los mismos motivos. Eso significa que este adiós es a un tiempo un adiós de diez mil años y un preludio de lo que vendrá. Cuando te miro contemplo tu belleza y tu gracia y se que han crecido con cada vida que has vivido. También se que te he estado buscando durante todas mis vidas anteriores. No buscaba a alguien como tu, sino a ti, pues tu alma y la mía están destinadas a estar juntas. Y sin embargo, por razones que escapan a nuestro entendimiento, nos han obligado a despedirnos. Me gustaría decirte que todo se arreglará entre nosotros, y te prometo hacer todo lo que este en mis manos para que así sea. Pero si no volvemos a vernos y esta es una verdadera despedida, se que nos reencontraremos en otra vida. Volveremos a encontrarnos, y aunque las estrellas hayan cambiado, no nos amaremos solo por esa vez, sino por todas las veces anteriores.

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